La Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ) ha presentado alegaciones al proyecto de urbanización del entorno de la estación del Portillo, recogiendo la preocupación vecinal por el aumento de carriles de circulación en el entorno de esta futura zona verde equipada.
Según está redactado el proyecto, Escoriaza y Fabro dejará de ser una calle secundaria pacificada para convertirse en una avenida de 3 carriles que introducirá un importante caudal de tráfico desde la rotonda de La Ciudadanía hacia el centro de la ciudad. Por su parte, la avenida Clavé quedaría con 3 carriles por sentido en todo su trazado, duplicando su capacidad en el tramo norte.
La FABZ considera que existe una grave incongruencia en el Proyecto. Por un lados, que entre sus objetivos declarados se encuentren la “integración del espacio verde en su entorno”, la “generar un espacio de transición entre Delicias y el Centro” o “reducir las emisiones de CO2 generadas por el tráfico a motor”. Pero por otro, el desaforado aumento de capacidad de los viales que circundan a la zona verde proyectada dificultará esa transición, impedirá esa integración, y hará aumentar las emisiones atmosféricas y de ruido en la zona.
Además, con esta actuación se incentiva el acceso en coche al centro de la ciudad, rompiendo una trayectoria positiva que esta ciudad viene siguiendo desde hace varias décadas. Desde que hace un cuarto de siglo se decidió comenzar a construir los cinturones, ayuntamientos de todo signo político se han afanado en sacar el tráfico de la ciudad, reduciendo la capacidad de numerosos ejes de entrada al núcleo urbano. Son medidas que han concitado gran respaldo ciudadano y mejorado la calidad de vida en nuestros barrios. Además, se ven respaldadas tanto por la Ley de Cambio Climático española como por el Plan de Adaptación al Cambio Climático y el Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Zaragoza. Todos ellos señalan la necesidad de reducir el tráfico a motor en el interior de la ciudad y promover el transporte público y la movilidad activa.
Para la federación vecinal, “es una lástima que una actuación largamente demandada, como el acondicionamiento de estos terrenos en torno a la estación del Portillo, se vea ensombrecida por la nefasta decisión de encajonarla entre autopistas urbanas propias del peor desarrollismo del siglo pasado”.
La FABZ demanda en sus alegaciones que la calle Escoriaza y Fabro siga siendo una calle secundaria para facilitar la integración de vecindario con la nueva zona verde, y evitar que se introduzca más tráfico en el centro urbano. También argumenta que al quedar desdoblada toda la Av. Clavé absorberá gran parte del tráfico del eje María Agustín – Paseo Pamplona, por lo que es necesario reducir la capacidad de estas avenidas, para evitar un sobredimensionamiento de la red viaria y así aprovechar para dignificar el último gran vial que todavía soporta unos 50.000 vehículos diarios hasta la misma Plaza Paraíso, y convertirlo en un eje que priorice el transporte público, la movilidad peatonal y ciclista, y el tráfico de residentes.