
A través de 24 expositores, se realiza un recorrido por su historia y su presente, que se podrá contemplar hasta el 22 de diciembre
El papel de la abogacía en los fueros aragoneses o la incorporación de la mujer son dos de los apartados de la muestra
Una muestra que ya se exhibe en el Paseo de la Independencia celebra, hasta el 22 de diciembre, el 625 aniversario del Colegio de Abogados de Zaragoza. La muestra aprovecha para realizar un paseo por la historia y el presente de la institución y reivindicar su papel desde su nacimiento. La consejera municipal de Educación, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Zaragoza, Sara Fernández, junto con el decano del Real e Ilustre Colegio de Abogados de Zaragoza, Antonio Morán, y el comisario de la exposición, Pedro Galán, han sido los encargados de inaugurarla.
A través de 24 expositores, este recorrido visual recoge los momentos más significativos de los más de seis siglos de existencia del Real e Ilustre Colegio de Abogados de Zaragoza. Una presencia que puede acreditarse desde 1399, cuando surgió como una cofradía gremial, la Cofradía de Abogados de San Ivo, y de la que hay testimonios en una pieza testamentaria de un matrimonio de infanzones de la Villa de Bordón (Teruel).
En la exposición se recogen reproducciones de los documentos e imágenes que datan de 1546 y en los que aparecía referida la “Cofradía de Letrados del Señor San Ivo” en el convento de San Agustín de Zaragoza. Esta cofradía constituye el precedente del Colegio de Abogados de Zaragoza, del que se conservan ordenanzas de 1578, lo que lo convierte en el más antiguo de los colegios de abogados de España.
La creación de la Cofradía, y, posteriormente, del Colegio fue un momento histórico por la función que los abogados tenían en la Edad Media y el papel que Aragón ha jugado también en el Derecho no sólo nacional sino internacional, con figuras como Vidal de Canellas, quien recopiló los fueros en el llamado ‘Vidal Mayor’ y, después, siendo pionero en la creación de servicios que han sido referentes e implantados en el ámbito judicial nacional. Entre los personajes relevantes en la historia del colegio destaca la mención de Joaquín Martón y Gavín, Luis Franco y López o Miguel Gómez Uriel que refundió y actualizó las Bibliotecas Antigua y Nueva de Latassa (1796 y 1802) haciendo de la biblioteca del Colegio de Abogados de Zaragoza una de las más completas.
Un apartado especial tiene la incorporación de la mujer a la abogacía. Fue en 1928 cuando los estatutos del Colegio de Abogados de Zaragoza autorizaron expresamente la colegiación femenina y la primera colegiada sería Sara Maynar Escanilla.
Concluye así este apretadísimo paseo por la centenaria historia de esta Cofrafía y Colegio. En 625 años ha cambiado todo menos lo fundamental: asesorar, aconsejar y defender mediante la aplicación de la ciencia y técnica jurídicas. Esta entidad sigue prestando el servicio de asistencia jurídica gratuita y tiene también servicios de orientación para los más desfavorecidos (menores, migrantes, población reclusa) que se han ido estableciendo a lo largo del tiempo, a menudo con baremos escasamente retribuidos, o en el peor de los casos sufragados por el propio colegio por una cuestión de solidaridad social.